Riesgos laborales a los que se enfrentan los pintores y medidas de prevención generales, para trabajo en altura y frente a sustancias tóxicas
Como en casi todos los oficios, los pintores pueden de ser de muchas clases y pueden utilizar diferentes tipos de pintura o papel para desarrollar su trabajo. Desde el Gabinete de Seguridad y Salud de USO, nos vamos a referir a ellos de forma genérica, sus riesgos laborales más comunes y a las medidas preventivas oportunas que los Delegados de Prevención pueden aportar en la evaluación de riesgos.
Un pintor es la persona que se encarga de preparar y realizar revestimientos con papel y acabados con todo tipo de pinturas sobre cualquier tipo de superficies, así como organizar materiales, medios y equipos para la correcta ejecución de los trabajos en paramentos exteriores, paramentos interiores, estructuras metálicas, suelos y otros elementos interiores.
Sustancias que pueden comportar riesgos para la salud de los pintores
A priori, debe tenerse en cuenta que todas las pinturas son un producto de acabado que, a su vez, se componen de una serie de subproductos que si se mezclan erróneamente pueden provocar sus propios riesgos, como la lejía y el amoniaco:
- Pigmentos: son sustancias en forma de polvo que al aportarse en el producto base aportan a éste color y opacidad.
- Aglutinantes: son los líquidos o sólidos encargados de retener los pigmentos una vez se ha formado la película.
- Disolventes: son sustancias encargadas de la disolución del aglutinante en el caso de que éste sea sólido; o de fluidificarlo en el caso de que se trate de un aglutinante líquido.
- Plastificante: el efecto de éste es hacer que el material al que se agrega sea más maleable, adquiera una mayor plasticidad y, por lo tanto, sea más sencillo su tratamiento industrial. Su concentración final suele ser muy baja.
Algunas sustancias pueden provocar alergias, para las cuales hay que protegerse y utilizar los EPI correspondientes.
Otros riesgos laborales genéricos, como los relacionados con el trabajo en altura
Pueden diferenciarse, entre otros, los siguientes factores de riesgo comunes:
- En el entorno de trabajo hay que tener cuidado con interferencias con plataformas elevadoras y camiones de carga. También hay que estar pendientes de la insuficiente protección colectiva en emplazamientos con riesgo de caída a distinto nivel.
- En las tareas propias de pintado, debe observarse el estado de las estructuras, fachadas, pérgolas, suelos, y los elementos de carpintería y cerrajería.
- Durante el trabajo, debe planificarse para coordinar y que no se solapen las actividades peligrosas.
- En los equipos de trabajo, debe comprobarse que sean los adecuados, si tienen defectos o la operación a realizar está contraindicada por el fabricante.
- En las condiciones ambientales con respecto a elevada temperatura, ruido o insuficiente iluminación además de comprobar que los vapores generados no son excesivos.
- Del propio trabajador: si está debidamente formado en el manejo de los equipos de trabajo, y formado preventivamente en altura o para evitar distracciones.
Estos factores de riesgo pueden dar lugar a los siguientes riesgos laborales relacionados con la seguridad, como atropellos, caídas a distinto y al mismo nivel y golpes o aplastamientos por caída de cargas u otros objetos. Respecto a los riesgos higiénicos: inhalación y contacto de polvo, gases, o vapores de sustancias irritantes, tóxicas, nocivas o corrosivas; y exposición al ruido. Los riesgos ergonómicos más comunes son los sobreesfuerzos por posturas forzadas o manipulación manual de cargas.
Evaluación de riesgos de los pintores y medidas de prevención
Como medidas preventivas, pueden aportarse en el proceso de la evaluación de riesgos:
- Prestar máxima atención a las irregularidades presentes en el terreno. Mantener el orden y la limpieza en la zona de trabajo. No dejar las herramientas, embalajes, etc. en el suelo. Utilizar calzado de seguridad con suela antideslizante.
- Durante la ejecución de trabajos temporales en altura, se analizará la superficie de soporte de los elementos de protección. En el supuesto de considerarse que técnicamente no es posible la colocación de protecciones colectivas que garanticen la seguridad de los trabajadores, se utilizarán cinturones de seguridad del tipo “fijación” o tipo “anticaída”.
- Deben usarse escaleras manuales homologadas y que cumplan con todas las condiciones de seguridad necesarias. Se revisarán para su uso. Nunca se debe subir al último peldaño, y no deben hacerse movimientos bruscos cuando se esté subido a la escalera. Dejar sobrepasar del borde donde esté apoyada, como mínimo, un metro de escalera.
- Es obligatorio utilizar los Equipos de Protección Individual: guantes de protección química adecuados, protecciones respiratorias con filtros adecuados en función del tipo de contaminante y su estado de agregación. En lugares con poca ventilación, es necesario utilizar un equipo semiautónomo o autónomo de respiración. Es obligatorio el uso de ropa de protección, botas impermeables y gafas de protección.
- Mantenimiento periódico de los equipos de trabajo. Utilización de equipos que produzcan menor nivel de ruido. Uso obligatorio de protectores auditivos adecuados al nivel de ruido existente en el centro de trabajo.
- Para la correcta manipulación de cargas, se requiere proporcionar formación específica, así como la utilización de elementos auxiliares que ayuden a su manipulación. Adopción de posturas correctas de trabajo. Evitar, en la medida de lo posible, la inclinación de la cabeza al realizar las diferentes tareas, así como encoger los hombros. Esto produce tensión muscular y trabajar curvado.
¿Qué escaleras son las más recomendables?
Un elemento muy común, tanto en el trabajo como en la mayoría de los hogares, son las escaleras manuales. Antes de utilizarlas, debe comprobarse que cumplen con la Norma Europea sobre Escaleras UNE-EN-131. Se recomienda limitar el uso de dichas escaleras a aquellas situaciones en las que es preciso posibilitar el acceso a lugares de difícil acceso, para trabajos ligeros y de muy corta duración. Preferentemente, deben utilizarse escaleras dobles o de tijera. Dichas escaleras han de disponer de un elemento, cinta, cable o pletinas, que impida su abertura al utilizarlas.
No se debe trabajar “a caballo” sobre las mismas. Se tienen que utilizar, preferiblemente, escaleras dobles con base ancha o estabilizadores; elementos antideslizantes en base; peldaño ancho y plataforma de trabajo con barandilla de seguridad. Han de usarse siempre completamente abiertas y no deben usarse nunca como escaleras simples, apoyadas.
En cuanto a las medidas frente a la pandemia, no se han estipulado medidas específicas para este colectivo, salvo las generales para las obras de construcción y las que se apliquen en cada comunidad autónoma. Estas personas trabajadoras ya deberían estar acostumbradas a la utilización constante de los EPI en el puesto de trabajo, estipulados en la evaluación de riesgos correspondiente, y a la coordinación de actividades empresariales, sobre todo cuando coinciden con otros oficios en la obra.
No obstante, desde USO recordamos que las empresas concurrentes también deben informar de los propios protocolos de actuación tanto a los demás empresarios como a sus clientes, para velar por la salud de las personas.
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